Tras varios meses sin escribir nada en mi blog hoy he decidido escribir de nuevo. Es una reflexión sobre mí, sobre lo que me rodea... y sobre todo del tiempo, ese gran maestro.
Tres horas son necesarias para comunicarme que el ritmo de mi vida disminuirá, que es el tiempo que pase en el hospital antes de que me dijeran que tenía el tobillo roto.Como sólo tres horas pueden cambiar todos mis planes durante un mes entero. Pero si se reflexiona la cosa se vuelve más intrincada, surgen más interrogantes, más dudas, sobre lo que hice y lo que no hice, sobre cómo actue... Sólo interrogantes, y más interrogantes. Es difícil sacar alguna conlcusión de todo. Yo obligado a bajar mi ritmo he visto como el resto de lo que me rodea sigue su curso sin tenerme en cuenta para nada. Es complicado ver como todo te sobrepasa, que quieres, pero no puedes... en fin. Leyendo esto parece que estoy fatal, que he perdido mis dos piernas o algo peor, pero es que me siento muy poco útil.
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