Ocho de la mañana, 5º en los termómetros. Un tren parado en medio de la estación. Un control de seguridad con dos guardias de seguridad. Pobre inicio en comparación con lo que más adelante aconteció. El tren comenzó a moverse, ¡aleluya!, ya estaba cansado de tanto esperar. La gran meseta desolada se movía rápida, solitaria. EL Sol se apiadó de tan solitaria mujer y la besó con sus cálido rayos. Bueno ya vale de tanta poesía, que no avanzo en lo que tengo que contar y así no hay dios que acabe la historia. Bueno el tren me llevaba a Zaragoza, donde me esperaba Luismi y mi hermana, bueno y a medio camino me enteré de que también me recogería Claver. Os preguntareis a que cojones fui a la capital baturra, pues muy simple, para desconectar y para pasar un buen rato con los amigos. Bueno regreso al tren, que recorre su itinerario sin mayor sobresaltos y sin retraso, algo inaudito para tratarse de Renfe. Estación tras estación iban desfilando ante mis ojos de forma más rutinaria, me llevaban de forma lenta pero inexorablemente a mi destino, LA FIESTA. Finalmente anunciaron mi destino por la megafonía, bonita voz la de la mujer, pero demasiado pausada y rutinaria para mi mi gusto. Agarré mis efectos personales y corrí hacia la salida. Plante mis pies en el anden y...
PD: no me apetece escribir más y lo dejo aquí ya lo retomare más adelante en nuevas entregas
aora k la cosa se empezaba a animar, vas y te paras!! desde luego... jajajaja
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