[...] miles de cosas me atravesaron la cabeza y me impidieron pensar. Después de ese parentesis parecía que mi cabeza comenzaba a arrancar después de ese letargo. Una vez se arranca la cabeza, todo va como la seda. El cuerpo te responde a pesar de estar 6 horas inmóvil. Tu cabeza decide que debes moverte de allí o la gente pensará que eres idiota. Subí por unas escaleras mecánicas y me fuí reuniendo con mis amigos y hermana.
Se podría decir que aquí empieza el baile. Mi hermana, Claver, Luismi y yo, menudo cuarteto, pues allí estabamos los cuatro esperando al autobus, hablando sobre cosas poco importantes, o quizás lo eran y la lejanía de los hechos y mi memoria no lo recuerdan. Pero algo que si recuerdo es la observación de Luismi, me dijo que tenía acento gallego, ¡¿Yo acento gallego?!
Cubiertas las necesidades básicas (comida, agua...), se acordó comprar alcohol que pagó amablemente Claver. El encierro en casa de Luismi fue algo extraño, porque el acomodamiento llegó hasta límites insospechados, llegando a usurpar las alpargatas de estar por casa de su tio. El pro se convirtió en nuestro pasatiempo preferido. A media tarde ocurrió un hecho que nos iba a marcar para el resto de la noche: Luismi nos engancho a un video muy peculiar, Tuneame Doctor. La canción de este video se convirtió en la canción popular del intercambio.
Silenciosamente se acerca la noche, el sol lanza sus últimos rayos y se esconde. Llegan dos más: Kadu y Kast, el dúo dinámico, y con esta venida se completa el aforo de la noche, o eso era lo que creíamos. Una llamada, una alegría, Oskar se dignaba a asistir al evento, pero llegaría tarde.
El tiempo pasaba y la play se comenzaba a calentar de tanto jugar al pro. De repente otra llamada...
ajajja, buena noche, buena!!!ajja
ResponderEliminarcomo va todo x ahi???a ver si terminas la hgistoria jaja, aunqe ya qeda tan lejana qe no se si te acordaras jajaja
un abrazo, ferro!!!!